lunes, 14 de marzo de 2011

QUENINA A MÉXICO, PERÚ Y VENEZUELA





Tomado de la mano por mi novia,
volví supremos pasos hacia el frente;
sentí como corría por el blanco
trecho, bordeando flores de rosal;
sabía que no estaba, por el roce,
destinado a tomar, como lo tomo,
sendero roto de fatales sierpes.
Regreso por tranquila vía al claro,
donde me esperan voces de cantor.

Llegué al camino roto del cantor;
doquiera encuentro quien cante a mi novia,
toparme música arcaica en el claro;
después tornarme recto por el frente,
para llegar mañana; están sierpes
danzando con mirada de ojo en blanco;
unos tucanes vienen y los tomo
para luego posarlos en rosal,
de donde volarán con aire en roce.

Bordón necesité tomar, por roce
duro, Sol desatinado y cantor;
por eso, tomo sombra del rosal
juntando pulcras manos con mi novia.
Regreso a vuestro México, el del tomo
cuya Historia leí y me quedó claro
que no es oro lo que ama el hombre blanco,
sino los bienes del derecho al frente,
para que nunca lo muerdan las sierpes.

Capaces pérfidos, reptiles sierpes,
voraz su boca, silbido por roce,
metí mis manos en cuchillo al frente
pero el cobarde genio fue cantor.
Huyó cual víbora común a un blanco,
temiendo que valiente en el rosal
prefiera siempre combatir en claro.
Debido a eso, no salgo con mi novia
por cuanto ese reptil es como un tomo.

Sigo hacia abajo en el mapa del tomo
llegando a imperio antiguo de las sierpes,
ovíparas no son, sino cual novia
besando al hombre con un breve roce.
Pasé mis pies dormidos hasta el frente
y un cuculí estaba en quino, azul claro;
con algarrobo frondoso y rosal,
con encarnados colores el cantor;
por tanto, nunca vi palomo blanco.

Perú es bellísimo en Historia, blanco:
jamás procedas como los que tomo;
normando el paso oculta, fiel cantor,
tesoros que Andes agitó en las sierpes.
Pizarro y Almagro no quitan rosal;
la sangre vierten de la solar novia,
por eso es que daré un paso de frente
en el apoyo a Sucre en mortal roce;
Bolívar, San Martín, son gente en claro.

Regreso, patria chica, listo, claro,
me encuentro con mi vida, con mi blanco,
con mi perfil valiente hasta en el roce,
con mi bandera tricolor que tomo,
con mi turpial que siempre nos da el frente,
con el escudo y el himno del cantor,
con araguaney que besa la novia
aunque amparen innumerables sierpes;
región andina bella, gran rosal.

Me acoge México, sabor rosal;
leyendo Historia, amo al país, cielo claro,
pues su bandera indica, rey de sierpes,
traición del águila o del hombre blanco.
Nopal en símbolo, preciosa novia;
jamás el méxica cedió en un roce,
jamás faltó ánimo a un charro cantor.
Por eso, mi segunda patria tomo,
reniego nunca, regional al frente.

Perú, andino y claro; ve con mi frente
muy lúcida te acojo; abres rosal
al peregrino andino, lo que tomo
sutil, sagaz; y tengo bien en claro,
llanero montaraz y muy cantor,
también lo admites aunque traiga sierpes.
Mi Venezuela acoge tan sin roce
a mi amigo poeta negro o blanco,
rojizos, mestizos, ¡y con la novia!

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